Es una organización sin ánimo de lucro, reconocida oficialmente, que funciona gracias al trabajo de numerosos voluntarios, y cuyo objeto es recuperar alimentos excedentes en perfectas condiciones de consumo y redistribuirlos gratuitamente entre entidades de ayuda a las personas necesitadas, evitando el desperdicio o mal uso de los alimentos.
El Banco de Alimento no reparte directamente a personas necesitadas, sino que lo hace a través de instituciones de ayuda social reconocidas por las administraciones estatales, autonómicas y locales que tienen el contacto directo con él.
La historia del Banco de Alimentos tiene su inicio en 1967, en Phoenix (Arizona), cuando el norteamericano John Van Hengel (1922-2005), en ese momento voluntario en un comedor social, charla con una de las beneficiarias. Ella le explica que gracias a los restos (dañados o a punto de caducar), que recoge todas las noches de los contenedores de basura de los supermercados, puede alimentar a sus 10 hijos y que deberían almacenar ese tipo de comida como lo hacen los bancos con el dinero. Van Hengel se pone manos a la obra y acuerda con los supermercados locales, la recogida de los sobrantes para alimentar a los más necesitados. Así es cómo nace el primer Banco de Alimentos del mundo; el St. Mary's Food Bank.
Actualmente existen 54 más que están integrados en la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL), que a su vez es miembro de la Federación Europea de Bancos de Alimentos (FEBA) cuya sede en París, fue el primer Banco de Alimentos de Europa en 1984.